Medir el desempeño supone evaluar a los profesionales para conocer mejor sus conocimientos, aptitudes y rendimiento y es, por tanto, una herramienta muy importante para la eficiente gestión de las personas. La evaluación nos permitirá:
Transmitirles nuestra opinión sobre su rendimiento.
Ayudarles a orientar su carrera, por medio del establecimiento de programas de formación dirigidos a cubrir sus carencias o a mejorar en lo que sea necesario.
Determinar el nivel de retribución salarial de cada abogado; es decir, establecer quién merece una subida y quién no.
La fijación de objetivos personales y de equipo.
Además, es una excelente herramienta porque:
Obliga a los responsables de equipo a analizar la actuación de las personas que de ellos dependen.
Puede utilizarse no sólo para evaluar a los “dependientes”, sino también a los evaluadores en sus funciones directivas, de gestores de equipo, de formadores, etc.
Y puede servir no sólo para analizar la evolución profesional del abogado, sino también para establecer objetivos concretos profesionales para el equipo y para la totalidad de la organización.
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