María Jesús González-Espejo analiza en FIDE el estado de la innovación y la tecnología en el sector legal
El pasado 19 de octubre se reunieron en FIDE (Fundación para la Investigación sobre el Derecho y la Empresa) expertos del sector legal para debatir sobre el estado de la innovación y la tecnología en la evolución de su sector.
Intervinieron como ponentes por un lado Nacho Villoch, Innovation Events & Activities Manager del Centro de Innovación del BBVA y María Jesús González-Espejo, Socia Directora de Emprendelaw y Codirectora del Instituto de Innovación Legal, y fueron moderados por Javier Mourelo de Kreab.
Villoch señaló que la transformación digital está cambiando todos los ámbitos de la sociedad y hoy las empresas con mayor capitalización bursátil son Alphabet (matriz de Google), Facebook y Amazon, todas ellas digitales. La transformación digital ya ha llegado a los medios, a la música, al comercio minorista o la banca. Llegará a la salud, a la logística, a la energía… y al mundo legal en su opinión hacia 2020, en parte gracias al programa Horizonte 2020 de la UE. La digitalización, aclaró Villoch, “no es algo nuevo, empezó hace 20 años: el paso del vinilo y el casete al CD, de la enciclopedia Larousse a la Encarta. La diferencia es que ahora nos estamos despegando del soporte físico. Es la trasformación digital”. Para Villoch la digitalización hace que desaparezcan las barreras de entrada. Los costes de almacenamiento, por ejemplo, tienden a cero. “Y algo más importante: todos los usuarios tienen superpoderes, es decir, un smartphone con más capacidad de procesamiento que todos los ordenadores de la NASA en 1969”.
También explicó cómo la digitalización ha impactado a su sector, el de la banca, donde, por ejemplo, se han multiplicado los servicios bancarios ofrecidos por entidades no bancarias, como el crowdfunding. En su opinión el emprendimiento tecnológico se está liderando sobre todo por pequeñas empresas, que son más ágiles, pues las grandes entidades experimentan en este tipo de proyectos, ciclos de maduración muy largos. Desde que surge la idea, el concepto, hasta que el producto se lanza al mercado, pasan 1,5-2 años. Para Villoch “En las startups, la idea no tiene que pasar por tantos departamentos, y en unos meses ya lo han lanzado y se ha convertido en viral”. Hay que encontrar, dijo, “el equilibrio entre explotar los recursos que ya tienes y explorar los nuevos”.
En cuanto al sector legal, él cree que está ya listo para la disrupción por varias razones. La principal es que hay dinero para invertir en la cadena de valor y se está apostando ya por desarrollar tecnologías basadas en el big data, o la inteligencia artificial, si bien esto está sobre todo ocurriendo en EE.UU.
Además explicó que surgirán muchos retos legales como consecuencia de la tecnología y puso el ejemplo de cuestiones como la personalidad jurídica de la inteligencia artificial, la responsabilidad civil de un coche sin conductor, sobre cómo diseñar éticamente un algoritmo, o los smart contracts en las smart cities.
Para concluir habló de que las personas deben estar en el centro de cualquier proceso de transformación digital.
Por su parte, María Jesús González-Espejo, socia directora de Emprendelaw, destinó su intervención a analizar el estado de la innovación en el sector legal, describiendo el concepto de innovación y el porqué y para qué se está innovando. Además, explicó los retos y las posibles soluciones que hay para que se innove más y mejor.
González-Espejo comenzó su intervención indicando que hoy la palabra innovación está en boca de todos en el sector legal e “incluso podríamos hablar de burbuja de la innovación”. Sin embargo, en su opinión, el término se relaciona casi en exclusiva con tecnología, cuando realmente la innovación no debe centrarse sólo en ella, que al fin y al cabo no es más que un medio.
Para González-Espejo los despachos de abogados deben entender la innovación en un sentido mucho más amplio: la utilización del conocimiento para ofrecer al cliente productos o servicios mejores. “Innovación no es sólo tecnología, es mucho más”, señaló la ponente.
Además, indicó que está ocurriendo algo que debería preocupar al sector, y es que no son los juristas quienes están desarrollando tecnología, sólo unos pocos de ellos lo hacen. La realidad es que están dejando que sean otros quienes lo hagan. “La competencia cada vez es más feroz y el mercado está muy saturado. La asimetría de información abogado/cliente ha desaparecido. Hay que innovar en modelos de negocio, en servicios, en mercados, en procesos, en la gestión de las personas y en la forma de posicionar la marca.” Ya no basta con poner un chat o un formulario en la web y llamarlo “consulta legal online”, hay que buscar otra forma de hacer las cosas, porque el cliente está pidiéndolo. Hoy los clientes están exigiendo transparencia, inmediatez, accesibilidad, precios competitivos, todos ellos atributos que pueden lograrse a través de procesos centrados en la innovación.
A continuación, González-Espejo señaló que en el sector están pasando muchas cosas y que el ecosistema es ahora mucho más favorable que hace poco tiempo. Editoriales jurídicas, organismos públicos, despachos y empresas, universidades y centros de formación, entre otros, están liderando iniciativas que favorecen el estado de la innovación en el sector legal como hackatones, concursos de emprendimiento, aceleradora, incubadoras, cursos y talleres, investigaciones, etc. Aunque aún queda mucho por hacer, el sistema básico existe ya y hay que aprovecharlo, dijo González-Espejo. Sin embargo, explicó que hay aún muchos obstáculos que están impidiendo o ralentizando la transformación del sector. El miedo al cambio; la procastinación de muchos profesionales del Derecho; la falta de coordinación entre instituciones; los monopolios de conocimiento que no ven ventajas en que el modelo económico cambie, son algunos de los factores que señaló como determinantes de que el proceso no se esté produciendo al ritmo que debería.
En España señaló “hay alrededor de 100 proyectos de tecnología legal, en diferentes fases de desarrollo”. La mayor parte de la tecnología que se está desarrollando para el sector legal, dijo, ”tiene por objetivo apoyar al abogado en la comercialización y promoción de sus servicios, así como en la gestión digital del despacho y en mucha menor medida, se trata de herramientas que reemplazan al abogado, como robots. Los abogados tienen que acercarse aún más a los tecnólogos para se desarrollen muchas herramientas de este tipo, pero en el futuro habrá muchas soluciones así”.
Además, insistió en la importancia de que los estudiantes de Derecho y los juristas adquieran las competencias digitales necesarias para aprovechar las ventajas que ofrece hoy la tecnología, así como las necesarias para entender cómo favorecer en sus propias organizaciones la innovación y abrir así sus organizaciones a ésta.
Como conclusión, González-Espejo señaló que los abogados son, por exigencia intrínseca a su profesión, innovadores, como les exige la búsqueda de soluciones legales y que sólo les hace creérselo y utilizar esa habilidad para mejorar sus organizaciones. Concluyó, además, que no se trata sólo de adquirir o desarrollar tecnología, hay que invertir en hacer las cosas de otra forma, mejor y finalmente indicó que hay mucho por hacer y les toca a los juristas coger el relevo y liderar el cambio y que no debe ser sólo “cosa de jóvenes”, sino que los senior deben formar necesariamente parte del equipo de innovación.